Enseñe la humildad a su familia con el ejemplo
Nuestra sociedad puede ser poderosamente influenciada cuando demostramos humildad. Hoy es el día para revisarnos y tomar una decisión orientada hacia el cambio.
Por Fernando Alexis Jiménez | RadioBendicionesFm.Com
S i hay un distintivo de las personas influenciadoras y de las que adolece hoy la sociedad, es la humildad. Lo que sí se observa por doquiera es el orgullo y la autosuficiencia, que sientan las bases para unas relaciones interpersonales conflictivas y el distanciamiento de Dios.
La humildad es un principio que estamos llamados a enseñar a nuestros hijos desde su más tierna infancia, cuando comienzan a formar el carácter.
CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS HUMILDES
Las personas humildes se caracterizan por los siguientes elementos:
· Son respetuosas
· No esperan un trato especial
· No son arrogantes
· Son seres agradecidos
· Están dispuestos a aprender
· Tienen un corazón proclive a servir a quienes lo necesitan
Su desenvolvimiento genera un ambiente amigable y de armonía.
Este conjunto de virtudes y otras más, constituyen su mayor fortaleza. Generalmente tienden puentes de diálogo y de entendimiento con quienes les rodean.
BENEFICIOS DE LA HUMILDAD
Ser humildes trae beneficios, de los cuales compartimos con usted al menos tres:
· Cultivar buenas amistades
· Conectarse fácilmente con quienes le rodean, así se trate de personas difíciles
· Desarrollar una alta autoestima
Para entenderlo, vale la pena tomar en cuenta lo que enseña el apóstol Pablo:
“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.” (Gálatas 6: 3 | RV 60)
Hay dos cimientos para la humildad:
· Ser agradecidos con Dios y con quienes nos rodean (Colosenses 3: 15)
· Valorar la importancia de ayudar a los demás (Filipenses 2: 3, 4)
Si por alguna razón no pudimos cultivar este principio en la infancia de nuestros hijos, nunca es tarde para comenzar. ¿De qué manera?
· Revisando nuestras actitudes arrogantes y dañinas.
· Brindando ejemplo de humildad.
· Perseverando en el propósito de cambio, con ayuda de Dios.
Nuestro hogar no solo puede ser distinto sino acogedor y gratificante.
Si no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Tomados de Su mano emprendemos el maravilloso viaje hacia el cambio y transformación permanentes a nivel personal, espiritual y familiar.
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