Contagie a su familia con la felicidad
Jamás lo olvide: la felicidad es contagiosa. Decídase a contagiar a los demás.
Por Fernando Alexis Jiménez | Escúchenos en www.RadioBendiciones.Net
¿Cuándo fue la última vez que pudo sonreír sin que las preocupaciones se lo impidieran? La felicidad en la vida de una persona es contagiosa. La alegría se transfiere a todos aquellos que nos rodean: cónyuge, hijos y personas con las que interactuamos.
¿Qué nos impide ser felices?
- Preocuparnos sin necesidad.
- Tomarnos la vida demasiado en serio.
- Enfocarnos en los errores de los demás y no solo en sus partes positivas.
- Enojarnos sin razón por trivialidades.
- No aceptar a los demás tal y como son.
- Pretender cambiar el mundo.
- Desconfiar de la provisión divina para suplir nuestras necesidades económicas.
Hay una frase de la película el “Dador de sueños” que dice uno de los protagonistas y que le invito a considerar: “Uno muere el día que deja de sentirse importante”.
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A continuación, le invito a leer lo que escribió hace muchos siglos el rey David y que aplica a nuestro tiempo:
“Dame felicidad, oh Señor, pues a ti me entrego. ¡Oh Señor, eres tan bueno, estás tan dispuesto a perdonar, tan lleno de amor inagotable para los que piden tu ayuda! Escucha atentamente mi oración, oh Señor; oye mi urgente clamor. A ti clamaré cada vez que esté en apuros, y tú me responderás.” (Salmo 86: 4, 7 | Nueva Traducción Viviente)
La fuente de nuestra felicidad es Dios y es a Él a quien volver la mirada en todo momento, no solo en los de angustia.
Desconocemos cuáles sean las circunstancias que enfrenta ahora, pero lo que sí sabemos es que Jesucristo transforma todas las situaciones difíciles y las torna en bendiciones. Es hora de volver nuestra mirada a Jesucristo y abrirle las puertas de nuestro corazón.
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